No permitamos más rejas, más señales de dirección obligatoria al sentido del pensamiento y las palabras. Surgió La Barraca en Granada para provocar pequeños incendios en inesperados interiores, en lugares sin importancia y apenas con nombre. La propia Barraca pudo ser calcinada por el odio de los generales y por la muerte silenciada de quienes no olvidaron, pero siempre permaneció latente en escondidas cenizas…